Aun tiene sus ojos verdes llorosos, no podía reprimir el impulso de llorar, por eso ahora estaba tumbada en la cama mirando a la nada, con el ordenador encendido.
Se había descontrolado tanto mirándole que parecía no existir nada más, pero pronto el profesor la había sacado de su ensoñación y la puesto en evidencia delante de toda la clase y de Chaz. Ahora probablemente todo el instituto lo sabría. Se pone la manos en la cara y respira tranquilamente, intentando ahogar los sollozos. El Facebook avisa de un nuevo mensaje y Mel, con desgana se levanta para leerlo. Entonces es cuando ve el nombre y el mundo entero se para unos minutos, mira el ratón y apoya su mano guiandolo hasta donde pone "abrir", clik. Cierra los ojos, inspira y comienza a leer:
Hola, Mel.
Voy a tratar de ser lo más agradable y lo menos brusco posible, porque aunque tu no lo sepas, hace días que me preguntaba si sentías algo por mí; y hoy, he podido comprobar que sí. Sé que esto puede ser duro para ti, pero no siento nada por ti, y esto no quiere decir que no podamos ser amigos, podemos seguir quedando con todos los viernes y sabados y reirnos en clase como casi siempre hacemos...
Los ojos de Melibea se humedecen y contiene las lágrimas para seguir leyendo.
...seguramente ahora estarás llorando, pero no lo hagas, creeme, eres guapa y tienes un corazón grande, no lo desaproveches conmigo. Muestra esa sonrisa a los demás, sobretodo a Mike, es mi mejor amigo y por lo que e podido comprobar le gustas y tú te has dado cuenta, ve por su camino. Lo siento.
¿Lo siento? ¿Ve por el camino de Mike? Melibea se sentó en el suelo y mirando a un punto fijo, empezó a llorar, pegando gritos entre medias, y tirando cosas al suelo. Se tranquilizó, ya no volvería a quedar con ellos si él aprecía no podría soportar ese dolor en el pecho. No, no le quería más en su vida, le tenía que eliminar, pero...¿cómo?